Movilidad
La movilidad es un derecho que tienen los ciudadanos y cuya garantía es responsabilidad de las administraciones públicas, las cuales, deben diseñar un sistema de transporte colectivo para satisfacer las necesidades de los habitantes. En especial la población que no tiene acceso a medios de transporte privados. De ahí, la importancia que tiene el transporte público de viajeros que hace posible y asegura un derecho ciudadano fundamental, que es, la libre circulación de personas.
Además, la movilidad está considerada como un factor clave de calidad de vida rural en las políticas europeas, así como de la lucha contra la pobreza rural de jóvenes y mujeres. La integración social de las áreas rurales y la revitalización de sus estructuras económicas y demográficas van a depender en gran medida de cómo se articule la movilidad junto a las culturas locales y las políticas de los gobiernos rurales. Así, la movilidad cotidiana desempeña un papel decisivo en el soporte de las relaciones económicas, residenciales y laborales.
En zonas del interior valenciano, en gran medida, territorio montañoso y con secuelas importantes causadas por la despoblación (envejecimiento, infradotación de servicios, etc.), la movilidad presenta unos problemas y unas características diferentes a las áreas urbanas. Además, el envejecimiento demográfico repercute en la sostenibilidad y la organización social del medio rural en un proceso de coincidencias acumulativas. Primero, afecta al sistema económico y social, dada su importancia como colectivo en gran medida inmovilizado, a la vez que demandante de servicios sanitarios y asistenciales. Segundo, el impacto de esta disposición es inmediato, debido a que la racionalización de los servicios se traslada en mayor medida a sus propias familias, en concreto a las mujeres y hombres entre 30 y 50 años, que se han convertido en el pilar fundamental de sustentación de la sociedad en el medio rural español, conocida por “generación soporte”. Por ende, la importancia de realizar una adecuada planificación, donde debe primar una oferta equilibrada de transporte público, ajustada a las necesidades de desplazamiento de todas las personas y que proporcione, primero, el acceso a la educación, al empleo y a los servicios y, después, al desarrollo de actividades sociales y de ocio. Así pues, el carácter estratégico de la movilidad en la vida cotidiana del medio rural coge fuerza con el interés de los GAL, con diversas iniciativas como el transporte a la demanda (por ejemplo, en la Comunidad Autónoma de Castilla León), las propuestas municipales de carsharing, el mantenimiento de servicios de taxi accesibles, y la puesta en marcha de autobuses entre municipios durante las vacaciones.
Así, se puede entender la movilidad como una combinación donde las posibilidades, por ejemplo, de integración de los habitantes que viven en áreas rurales en el mercado laboral junto a las oportunidades de ocio, no solo se ven influidas por sus capacidades internas (habilidades, conocimientos y educación), sino que, además, están relacionadas con la situación de autonomía y acceso a los recursos, servicios e infraestructuras disponibles. En zonas rurales, el automóvil se ha convertido en pieza importante de la vida cotidiana, ya que la mayoría de los servicios públicos y privados, y las oportunidades de empleo se encuentran relativamente lejos. Las nuevas estructuras espaciotemporales cada vez más individualizadas han fortalecido este proceso, incrementando la necesidad y la dependencia del vehículo privado por parte de las familias.
Sin embargo, es la difusión del automóvil la que incrementa la accesibilidad de muchos habitantes, permitiendo el asentamiento de colectivos estratégicos (como jóvenes y mujeres), pero también crea su propio método de exclusión e inmovilización para otros residentes, y asimismo erosiona los sistemas de transporte público colectivo. Por ello, las opciones de movilidad son esenciales para estimular la cohesión social y al mismo tiempo, salvar la brecha rural.
El reto que presenta la movilidad rural tiene sus propias características, por tanto, se debe afrontar con un pensamiento diferente y particular, aceptando en general que la dependencia de los medios privados será por fuerza más alta que en las zonas urbanas; así y todo, no podemos olvidarnos de la presencia de una ascendente población cautiva. Por ello, es indispensable que el transporte público presente unos altos parámetros de frecuencia, capacidad, rapidez y cobertura, de manera que no solo “compita” con el vehículo privado, también para mostrar ciertas ventajas con relación a este. Ahora bien, el transporte público en el espacio rural no puede pretender equipararse, como en áreas urbanas, como única alternativa a los medios individuales de transporte.
La adecuación de la movilidad y la transición hacia nuevos modelos de movilidad podrían facilitar condiciones más igualitarias para los residentes de las áreas rurales. Aquí habría que mencionar las nuevas fórmulas de movilidad compartida, que a través de las TIC presentan una amplia gama de oportunidades en el medio rural. Las TIC complementan y optimizan el rendimiento de los servicios actuales, pero, al mismo tiempo posibilitan la innovación de nuevos modelos de movilidad compartida, como el carsharing y el carpooling. Luego, las TIC se integran con relativa facilidad en el estilo de vida de la gente, y pueden conseguir ser ventajosas en este aspecto para zonas rurales del interior de la provincia de Valencia.
Ahora bien, estos nuevos modelos de movilidad compartida como posible alternativa al transporte público, está fundamentalmente destinado a la población joven y adulta. Sin embargo, la población mayor que vive en las aldeas y pedanías de muchos de nuestros núcleos rurales no tienen cobertura real a la red. Este es un elemento que considerar, ya que dejas sin opción de poder utilizar estas fórmulas de movilidad a las personas que viven en estos espacios, donde en su mayoría son población mayor que no puede utilizar internet con facilidad. De igual modo, puede que haya gente que por falta de recursos económicos no puedan acceder a los dispositivos móviles. Además, no todo el mundo tiene el mismo acceso a la tecnología ni la misma inclinación a utilizarla, dado que existe personas mayores que son reticentes a la hora de usar un Smartphone. En realidad, lo que hacen estas plataformas es mejorar la movilidad de ciertos perfiles, pero aún hay un conjunto de población que no pueda acceder a ellas.
También, la principal limitación de las TIC es la posible brecha digital que podrían crear entre zonas urbanas y rurales, donde la alfabetización digital de la población rural es relativamente menor, ya que en estas zonas viven un elevado número de personas mayores. Por tanto, podemos afirmar que los nuevos modelos de movilidad basados en las TIC no resuelven todos los problemas de movilidad existentes en las áreas rurales.
Por tanto, las políticas rurales deben incorporar el punto de cómo mejorar el atractivo de las zonas rurales para así, poder desarrollar proyectos vitales. En cuanto a este objetivo, deben incluir la transición de la movilidad rural. La movilidad se debe planificar con fines de conciliación, educación, salud, ocio, etc., satisfaciendo los distintos modos de vida. En este sentido, se podía mejorar la situación actuando de forma segmentada, sobre determinados perfiles y, aprovechando los recursos o, ajustando ciertos recursos a perfiles concretos.
“Movilidad” es la cualidad de desplazarse, pero en el ámbito rural significa mucho más, pues es moverse del lugar donde están creciendo tus raíces. Por situaciones que escapan de nuestro control, estas raíces no pueden profundizar en la tierra. Siempre hay algún motivo que lleva a movilizarse a la urbe, como ir a estudiar fuera durante el periodo escolar, las jornadas laborales… Pequeños pájaros concienciados en crear un nido estable que sirva contra el viento y solo pueden buscar ramitas a kilómetros de distancia para construirlo. El nido será difícil de mantener mientras el pájaro está fuera, pero la ilusión y el esfuerzo que pone al volver a su hogar merece la pena.
En las zonas rurales hay que coger el coche para ir al cine, al centro comercial e incluso al consultorio médico. Viajes esporádicos, a veces de solo unas horas, otras de un día entero. Esta es la historia de las ventanas del coche con un a capa de hielo que ni siquiera el parabrisas puede quitar. La historia de esperar unos minutos a que se descongele mientras pones el aire acondicionado a tope. El vaho, la radio y los caminos escarpados y desiertos que se van convirtiendo en carreteras recién asfaltadas llenas de gente como tú que ansía llegar a su destino. Pájaros que migran por trabajo, estudios u otras circunstancias cada día. Van al alba y regresan con el atardecer. Una vida paralela en la grande metrópoli.
