Gentrificación rural
Proceso de sustitución de un grupo social (habitual u originario de un espacio) por otro (externo y con escasa o nula vinculación al mismo y, además, de elevado nivel adquisitivo, aunque no siempre), que ocurre en un espacio dado ante su revalorización social, económica y/o mediática. Se trata de un proceso característico de los espacios urbanos, habitualmente, de áreas centrales y barrios degradados que tras actuaciones de transformación urbana, incrementan su prestigio y atractivo para inversores externos y nuevos vecinos, que expulsan (vía precios del suelo) a los anteriores residentes, inquilinos y/o propietarios.
En medio rural el proceso se desarrolla de forma similar: personas físicas y/o jurídicas habitualmente procedentes de espacios urbanos, con recursos económicos relativamente elevados, movidas por modas sobre lo rural como espacio de acogida, amable y protector en el que desconectar de la rutina urbana, y con fines lucrativos (lícitos igualmente), acceden a la propiedad de bienes inmuebles emplazados en espacios rurales con cierto atractivo turístico, bien para disfrutarlos en primera persona (de forma permanente aunque, predominantemente temporal), u obtener un beneficio económico de ellos mediante su transformación en alojamientos turísticos (a veces, incluso hasta con la licencia oportuna).
Un proceso que, en los últimos años, se ha visto impulsado por la eclosión de plataformas digitales especializadas en dicha tipología alojativa. Como resultado, el precio de compra y/o de alquiler de vivienda se incrementa por encima del coste habitual en el espacio (“invadido”), dificultando, cuando no impidiendo, su acceso a una parte considerable de la sociedad local, especialmente jóvenes en sus primeros estadios de emancipación laboral y/o familiar, familias monoparentales, etc. Esta población se ve, en consecuencia, obligada a buscar nuevos espacios de vida, con unos precios de vivienda ajustados a un mercado no especulativo, en los que poder instalarse y desarrollar sus proyectos personales y/o profesionales.
Este proceso se encuentra asentado en numerosas zonas rurales de Europa y España, como, por ejemplo, los distritos de East Herfordshire (Tewin) y South Kesteven (Lincolnshire) en Inglaterra, o la comarcas del Alt Empordà y el Baix Empordà en Cataluña. En el territorio valenciano son varios los ejemplos que podemos encontrar de gentrificación rural (si bien en diferentes estados de desarrollo), especialmente en comarcas contiguas a las capitales provinciales y bien conectadas con estas por carretera, como el caso de la Serranía del Turia en relación a Valencia y su entorno metropolitano.
Aquí, el municipio de Chulilla representaría claramente este proceso de cambio territorial, en gran medida por ser una localidad con una cantidad significativa de vivienda estacional en manos de antiguos habitantes, emigrados a Valencia durante la segunda mitad del siglo XX, pero igualmente por constituirse como la puerta de acceso a uno de los principales reclamos turísticos de esta comarca: los puentes colgantes que discurren por la Hoces del río Turia. Como resultado, el precio medio del metro cuadrado de viviendas de segunda mano es entre un 25% y 40% más caro que el existente en municipios próximos, también relativamente bien accesibles desde la ciudad de Valencia, como Tuéjar o Chelva.
